Recuerdo el primer contacto con mi libertad personal

Recuerdo el primer contacto con mi libertad personal

por: Liliana Arevalo (*)

Fue hace 15 años y algunos meses más, que dejé mi trabajo corporativo en el cual había estado por varios años. Estaba decidida a vivir la vida en mis propios términos, así que hice algunas cosas radicales.

Agotada de lo que hacía, cumpliendo horarios y realizando los sueños de otros, renuncié así sin más. Viajé y me tomé seis meses sabáticos. Al regresar a Lima, alquilé un departamento pequeño, totalmente vacío. Lo fui equipando poco a poco a mi gusto, mientras me tomaba un tiempo para pensar exactamente qué quería hacer. Tenía que ser algo que realmente disfrutara. Era 100% autónoma y manejaba mi tiempo y mi dinero, el cual ya se empezaba a acabar, pero eso no era tan importante. Mi libertad y tranquilidad lo eran mucho más. Sabía que el dinero lo podía obtener en cualquier momento, pues creía mucho en mi capacidad. Ahhh!!!, si piensas que estaba sola, no lo estaba, tenía a mi hijo en ese entonces de seis años.

Desde entonces, he comprendido en diferentes niveles lo que significa ser personalmente libre.

Ahora, soy socia de una empresa, lidero un equipo, estudio lo que me gusta, viajo y me tomo vacaciones cuando quiero. Mi libertad se expande para contener nuevos elementos y acciones, pero se mantiene firme, siempre que me tome tiempo para realinearme y reconectarme con mi visión.

Algunos dirían que he tenido suerte: yo no lo veo así. Tenía muy claro que mi libertad personal era muy importante y me fui creando opciones.

Muchas personas hablan de libertad, pero en el fondo se sienten atrapadas. O se quejan de que no tienen opciones. Entonces, ¿qué se necesita para ser libre?: me refiero a realmente libre.

Quiero compartir aquí cinco palabras que han tenido y tienen un gran impacto en mi propio sentido de libertad personal:

1. Definición

Todo comienza con tu clara intención y definición.
¿Cómo es la libertad para ti? Defínelo.
Recuerda que la intención requiere fe y confianza en ti misma. Debes creer que es posible y dejarte llevar.

2. Evaluación

Una vez que hayas definido la libertad personal, haz un balance de lo que te detiene o te ata.
¿Te aferras a tus creencias limitantes?
¿Tomas decisiones basadas en el miedo?
¿Tu estilo de vida actual te agobia: ¿estás totalmente cargado con demasiados gastos, demasiadas cosas?
Te recomiendo que lo escribas todo. No te critiques a ti mismo.

3. Liberación

Los grandes cambios comienzan con pequeños pasos.
Comienza por liberar parte del exceso que te detiene.
Te sorprenderá la cantidad de libertad que esto te brindará.
Algunas ideas: amigos que drenan tu energía, desorden, pequeños asuntos sin resolver.
A veces, un simple cambio puede generar una dramática sensación de libertad. Solo toma la decisión de liberar.

4. Disciplina

Si eres como yo y la palabra "disciplina" no te gusta, porque te hace acordar como a mí, a las monjas del colegio, te invito a mirarla de esta manera: La disciplina te allana el camino hacia la libertad.
Disciplina significa que tomas acciones basadas en tu definición de verdadera libertad.
Tus acciones se convierten en "discípulos" de sus intenciones.
La mayoría de las personas no son libres porque toman medidas basadas en su reacción emocional en el momento.
La disciplina significa que comienzas a crear tu vida, en lugar de reaccionar.
Esto lleva a una relación más profunda con la verdadera libertad.

5. Conexión

"Me encantaría sentarme en la playa mientras me sirven bebidas con una sombrillita. Eso para mi es libertad ": ¿Te suena conocido?
Eventualmente, te aseguro que la playa se volverá aburrida y te darás cuenta que las bebidas con paraguas, solo pueden satisfacer tus deseos durante tanto tiempo: asociamos la libertad con “desconexión”.
Eso suele suceder cuando alguien se ha involucrado con cosas que la agotan demasiado: tales como relaciones negativas, ingresos esporádicos, trabajo con clientes que no gustan mucho.
También sucede cuando nos hemos alejado tanto de nuestras vidas, que no podemos crear las soluciones para esos elementos que nos agotan. Entonces, estamos “desconectados”.

La libertad requiere compromiso y presencia contigo misma:

No se trata “desconectarte”.
Es actuar y conectarte con aquello que realmente deseas: mirar hacia delante, hacia tu visión, sin miedo… con confianza en ti misma.

¿Cómo es la libertad para ti?, ¿Te sientes libre?, ¿REALMENTE libre?

Con amor,

Liliana

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