Día de la Madre 2020: Una anécdota con Mamá...
Nuestro primer contacto
con el mundo, donde aprendimos lo que aprendimos, así se inicia la relación con
la persona que nos trajo a la vida: la Madre.
Desde Mujeres Visibles Comunidad, enviamos nuestro saludo a través de <Una anécdota con Mamá>, donde parte de las Socias
han buscado en su memoria y nos comparten las siguientes líneas…
“Mi bella Madre es
mi amiga, está siempre apoyándome, enseñándome, poniéndome en mi sitio, aunque reniegue…
jajaja… y aunque me cueste aceptar mis errores, término escuchándola y haciendo
lo que me aconseja (claro que demoro en aceptar mis errores… jeje… pero, no
tanto), pero siempre es para bien.
Una anécdota: empiezo a
hacer el rompecabezas y mi Madre reniega porque lo ve muy tranca, pero todo está en
ponerle el bichito de la obsesión y, termina amaneciéndose hasta acabarlo: y, mientras
está a medias, no duerme tranquila, tan perseverante es, siempre acaba lo que empieza, una real Madre
ejemplar. Viva mi Mamita! Viva Marthita!”.
Mg. María Cecilia
Torres Vargas - Arquitecta
“Tengo muchísimas anécdotas
que me sacan una sonrisa. Sin embargo, hoy quiero compartir una que me acompaña
toda la vida. Mi Madre la fuerte, la que siempre salió adelante, la que
todo lo puede con ímpetu y cierta dosis de terquedad, es una ser humano como
todos: frágil, sensible, con miedos, enojos y se cansa.
Por eso, jamás olvidaré el día en que se abrió conmigo y mostró su
fragilidad: ese día en que solo fuimos dos espíritus reconociéndose. Ese fue el
día, en que mi Madre dejo de estar en un pedestal, para estar a mi lado,
para darme un abrazo. Gracias Mamá por la vida y por tus enseñanzas siempre”.
Silvia Espíritu - Coach, Consultora y Formadora de
Emprendedores
“Cuando empecé a transitar
por el camino de la Mejora Personal, una de las primeras cosas que me
enseñaban era <Dar un abrazo> y veía que no todos estaban dispuestos a
darlos. A mí, eso me asombraba, ya que mi Madre fue la
persona que me enseño a abrazar, a dar
esos apapachos que dan tranquilidad y seguridad.
Con el tiempo, entendí que
es lo que realmente significa un abrazo y los límites que tenemos para darlos y,
por ello, considero que soy afortunada al haber aprendido a abrazar en casa, que
me lo enseño la <primera mujer de mi vida>”.
Carola Ponce de Leon - Coach Personal
"Mi Mamá mostraba su amor, dando de comer a quien
llegara a la casa. Realmente, hacía la multiplicación de los panes y por eso, es
muy recordada.
Otra, es cuando le
pedíamos que nos comprara algo y no se podía: recuerdo que decía "mañana
te compro seis, hijita", era la frase clave de saber que, si bien no
se podía, cabía la esperanza que tal vez, si lo hiciese mañana. Y, nos
quedábamos tan tranquilas. Amo y extraño a mi Mamá".
Carolina Bazalar - Coach Ontológica
“Mi Mamá es
bella, hermosa por dentro y por fuera, de quien aprendí su amor infinito, su
entrega por los que ama, su constancia, su solidaridad, sus detalles, su generosidad,
su dedicación a los estudios, su amor por la familia, su entrega al trabajo. Su
amor tan grande nos acuna, nos reconforta, ejemplo de fortaleza, aun en los
momentos más difíciles. Su fe y su cariño, que pone a todo lo que hace. Sus
cuidados, sus palabras de aliento y hasta las miradas, que sabíamos con
nuestros hermanos, cuando algo no hacíamos bien. Fuerza y coraje para cuidar,
amar y defender, un sentido de justicia y más con sus hijos.
Recuerdo una vez, hace
unos 13 años aprox’, saliendo de una cafetería, unas mujeres me empujaron y me robaron
la billetera de mi bolso (yo recién había recibido un monto de capital, para un
trabajo) y fue cuando mi Mamá dio un grito, las vio, salió detrás de dichas
mujeres y ya había identificado a la que tenía la billetera: la agarro del
brazo, la obligo a devolverlo y la mujer tiro la billetera con el dinero. Cuando
lo recuperamos, recién nos dimos cuenta de todo la gente expectante a nuestro
alrededor, ante la mirada de la policía que llego. Nunca la vi tan enfurecida y
como una leona, defender con alto sentido de justicia, de amor, de coraje: para
mí, fue una lección para toda la vida. Realmente una aguerrida y me enseñó a defender lo mío, me ayudo a poner
los pies en la tierra, para estar más atenta.
Mamá te amo muchísimo, mil anécdotas más,
gracias a la vida, por regalarme tu compañía. Gracias Rosita de
mi corazón, tu amor es nuestro mayor tesoro. Te amamos, tus hijos”.
Rosemary Valdivia, Arquitecta y Coach Ontológica
<MujeresVisiblesComunidad>
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